17-04-07



Valparaíso: o caminata en clave de sol por el puerto (part.I)

El 12 de septiembre de 1998 viajamos con mi mujer y una amiga desde Las Cruces, hasta Valparaíso para encontrarnos con Gastón Soublette (profesor de estética, musicólogo, estudioso de la cultura oriental y mapuche) y realizar un paseo por los cerros. El recorrido, fue propuesto para un día después del 11, para evitarnos una fecha tan cargada, sin embargo, luego nos daríamos cuenta que nada es por azar. El lugar de encuentro fue la plaza O`Higggins. Nos encaminamos por avenida Francia hacia el ascensor “Las monjas”, que sube al cerro Concepción. De ahí en adelante el “viaje” se volvió un periplo lleno de signos. Nos dirigimos al poniente por Av. Alemania, a poco andar nos detuvimos en el club social y deportivo Roberto Parra, desde luego nos causó extrañeza el alcance de nombres, al asomarnos uno de los dirigentes nos invitó a ver los trofeos y medallas del club en diversas competencias de ciclismo, ya que el fundador , Don Roberto Parra, había sido uno de los precursores del uso deportivo de la bicicleta en Valparaíso, el lugar era como todos esos lugares en provincia, un resabio de todo aquello que enterramos en algún lugar de nuestros recuerdos, de esa visita Gastón recibió como recuerdo un banderín a rayas blanco y negro. Al salir decidimos hacer una pausa en un clandestino para tomar una cerveza, en el interior sonaba en la radio la descripción épica del asalto de Michimalonko a la ciudad de Santiago el 11 de septiembre de 1645, otra vez se sobreponían las fechas, esto causó una impresión profunda, a pesar de que conocíamos perfectamente la teoría de Gastón, respecto de la connotación mágica que tuvo la elección del día 11 de Septiembre para el golpe militar y ataque a la Moneda, nos quedamos unos segundos en silencio con una complicidad como del que sabe, en alguna parte.
La Av. Alemania serpentea a través de los cerros cruzando de este a oeste la mayor parte del casco central de la ciudad, en su recorrido deja ver como la planificación intuitiva ha dado a la ciudad porteña una organicidad que a parte permitir la coexistencia de distintos mundos sociales y arquitectónicos, le ha otorgado un sello que difícilmente se puede representar. Sus características físicas, su geografía humana representa el alma del puerto.
El teatro Mauri fue nuestro pasadizo a la Sebastiana, la casa de Neruda, donde luego de soportar el pretencioso relato de los guías pudimos apreciar las colecciones del poeta. En el primer piso, Gastón dejaba escrito en el libro de visitas ilustres, su agradecimiento póstumo a Neruda por haberle dado la posibilidad de ganar dinero con el análisis de su poesía. Busqué en la librería el libro “Las piedras de Chile”, el primero que leí, o escuché, con tristeza descubrí que no había sido reeditado. Sin duda, la personalidad, la poesía de Neruda ha quedado supeditada a los intereses de la fundación, los que han desplazado a la familia Reyes de las decisiones importantes, realizando una serie asociaciones poco apropiadas permitiendo que editoriales como Edaf, reproduzcan la Antología Popular, como un libro inédito, obviando la edición realizada y entregada gratuitamente por el poeta y el gobierno de la Unidad Popular el año 1972. Este y otros escándalos de igual naturaleza han sido publicados ampliamente por el investigador Mario Casasus en el diario La Jornada de Morelos.